“A Dios
rogando y con el mazo dando”, y mientras más des con el mazo, menos falta te
hará Dios. Pero a la gente le gusta rezar, que le vamos a hacer: “Señor, que me
salga un trabajo”. Búscalo. “Señor, que me toque la lotería”. Compra, coño. Y
así siempre. Claro, de esta manera nos acostumbramos a estar pasivos ante la
vida, sobre todo ante las injusticias sociales. Eso es lo normal cuando la cosa
no funciona. Siempre creemos que vendrá alguien a liberarnos de nuestras
cadenas. Pero por si alguien no lo sabe, el Capitán Trueno era un personaje de
comic. Al igual que otros que prefiero no nombrar (los reyes magos…papanoel…un
buen presidente de gobierno…), no existen. Por eso en esta sociedad lo mejor es pelear y que sea lo que dios
quiera. Pelear por lo que uno creé justo y conveniente. Eso sí, procurando no
morir en el intento, que después nos comparan con “El che Guevara” o con algún
que otro mártir de esos que andan por ahí. En fin, que hay que hacerse oír a
toda costa. Y eso es ni más ni menos lo que se está haciendo en esta
plataforma, luchar por unos derechos que nos están arrebatando a la chita
callando.
Una vez dijo el
científico y escritor Lichtenberg que “cuando los que mandan pierden la
vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. Esto es una realidad, aunque lo que estamos
perdiendo es el miedo; el miedo a que nos señalen, el miedo a dar la cara, el
miedo, en fin, a reconocer que por nuestra pasividad estamos llegando “a las
más altas cotas de la miseria”. Por todo esto se ha creado esta plataforma en
Montilla, ciudad adormilada desde hace algún tiempo, para informar a padres y
alumnos de los recortes a que estamos sometidos desde que gobierna el PP. Para
demostrar al profesorado que estamos en el mismo bando, que sus problemas son
nuestros problemas. Para que nuestros mayores no tengan que seguir luchando y
demostrarles que nosotros, sus descendientes, hemos aprendido de ellos a
defender lo que es nuestro. Para que nuestros hijos tengan un buen ejemplo y un
héroe a quien seguir, y así sean capaces de reconocer lo que está bien de lo
que está mal. Porque en definitiva son nuestros niños los que mañana serán
hombres, y debemos procurarle la mejor educación. Una educación sin prejuicios
y sin tabúes, una educación sin ritos ni “vendedores de humo”. Porque al fin y
al cabo, “La educación es el motor que promueve la competitividad de
la economía y el nivel de prosperidad de un país”, y “una educación pública de
calidad es fundamental para lograr una sociedad más justa y prospera”.
Y ni deciros que
una persona con estudios puede debatir sobre Kant o Marx mientras sirve copas
en un bar o barre un parque.
PEPELU